APUNTES SOBRE LOS APUNTES (Editorial del Cuarto Número...tomado del Real Humphrey Bloggart.... http://humphreybloggart.blogspot.com
Escribir no tan es difícil como alguna gente cree, ni narrar. Hacer poesía sí que lo considero difícil y, por el contrario, muchos piensan que escribir poesía es fácil.
Ustedes conocerán excelentes y naturales narradores orales: su cuñada, el abuelo, un amigo, el típico cuentachistes de las reuniones, etcétera, sin embargo, es improbable que estas personas escriban medianamente bien aquello que recitan con amenidad e informalidad. No es algo absoluto, pero el discurso y el texto tienen diferentes topografías. Se asume que el profesionista egresa con un dominio aceptable de ambas modalidades. Pero no es así. Por donde se vea, padecemos una grave deficiencia social en la capacidad de comunicar ideas. Existe una recurrencia enfermiza en utilizar un vocabulario acotado, frases hechas, gastados formulismos de salutación y esquemas trillados de conversación. El buen conversador, generalmente escapa de esta tipología y se caracteriza por dominar el don de la oportunidad (no deja que le quiten la palabra); al mismo tiempo, ejerce un cierto nivel de liderazgo entre los escuchas, porque la palabra es el vehículo del liderazgo por excelencia. Algunos conversadores astutos visualizan el alcance de dominar el discurso y, dependiendo de las circunstancias, ejercen como merolicos en alguna plaza o de plano acceden a la cámara de diputados (se trata de dos modalidades de una misma y sagrada profesión).
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.....El hecho de que la poesía se haya convertido en tierra de nadie, y que las normas para determinar la calidad poética se hayan vuelto tan laxas (algunos piensan que han desaparecido), ha motivado el nacimiento por generación espontánea de infinidad de tecleadores que se autonombran poetas. "Soy poeta, ya publiqué un poemario. Mucho gusto, yo soy Forrest Gump".
Los clichés y lugares comunes son frecuentes en el escritor principiante; para el lector
sagaz, tales defectillos son fuente de urticaria que redunda en desinterés, aunque, hay que decirlo, la estadística revela que hay lectores para todo. Para el narrador experimentado (generalmente agudo observador o refinado lector), la preocupación por brindar una historia consistente es tan vital como la de desarrollarla de forma original, algunos apostarán a los recursos retóricos, otros al vigor de la trama; los menos, por la dificultad, atinarán a combinar ambos elementos.
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.....Actualmente, el escritor debe dominar varios "trucos" narrativos. De conocer tales recursos, muchos escritores emergentes podrían desplegar su talento intuitivo y mejorarían sustancialmente sus textos. Desafortunadamente son pocos los escritores que tienen interés en popularizar ese conocimiento. La mayoría prefiere disfrazar su profesión escritural con un atuendo misterioso.
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.....Por su parte, el estudio y dominio de los recursos narrativos permite mejorar la capacidad escritural de cualquier individuo, sin embargo, ese dominio no lo convierte automáticamente en un artista. De igual manera, la elaboración de un poema (o un poemario) no convierte en poeta a su autor. El título de poeta o narrador viene de fuera, no de la autodesignación.
http://humphreybloggart.blogspot.com/
Ustedes conocerán excelentes y naturales narradores orales: su cuñada, el abuelo, un amigo, el típico cuentachistes de las reuniones, etcétera, sin embargo, es improbable que estas personas escriban medianamente bien aquello que recitan con amenidad e informalidad. No es algo absoluto, pero el discurso y el texto tienen diferentes topografías. Se asume que el profesionista egresa con un dominio aceptable de ambas modalidades. Pero no es así. Por donde se vea, padecemos una grave deficiencia social en la capacidad de comunicar ideas. Existe una recurrencia enfermiza en utilizar un vocabulario acotado, frases hechas, gastados formulismos de salutación y esquemas trillados de conversación. El buen conversador, generalmente escapa de esta tipología y se caracteriza por dominar el don de la oportunidad (no deja que le quiten la palabra); al mismo tiempo, ejerce un cierto nivel de liderazgo entre los escuchas, porque la palabra es el vehículo del liderazgo por excelencia. Algunos conversadores astutos visualizan el alcance de dominar el discurso y, dependiendo de las circunstancias, ejercen como merolicos en alguna plaza o de plano acceden a la cámara de diputados (se trata de dos modalidades de una misma y sagrada profesión).
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.....El hecho de que la poesía se haya convertido en tierra de nadie, y que las normas para determinar la calidad poética se hayan vuelto tan laxas (algunos piensan que han desaparecido), ha motivado el nacimiento por generación espontánea de infinidad de tecleadores que se autonombran poetas. "Soy poeta, ya publiqué un poemario. Mucho gusto, yo soy Forrest Gump".
Los clichés y lugares comunes son frecuentes en el escritor principiante; para el lector
sagaz, tales defectillos son fuente de urticaria que redunda en desinterés, aunque, hay que decirlo, la estadística revela que hay lectores para todo. Para el narrador experimentado (generalmente agudo observador o refinado lector), la preocupación por brindar una historia consistente es tan vital como la de desarrollarla de forma original, algunos apostarán a los recursos retóricos, otros al vigor de la trama; los menos, por la dificultad, atinarán a combinar ambos elementos.
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.....Actualmente, el escritor debe dominar varios "trucos" narrativos. De conocer tales recursos, muchos escritores emergentes podrían desplegar su talento intuitivo y mejorarían sustancialmente sus textos. Desafortunadamente son pocos los escritores que tienen interés en popularizar ese conocimiento. La mayoría prefiere disfrazar su profesión escritural con un atuendo misterioso.
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.....Por su parte, el estudio y dominio de los recursos narrativos permite mejorar la capacidad escritural de cualquier individuo, sin embargo, ese dominio no lo convierte automáticamente en un artista. De igual manera, la elaboración de un poema (o un poemario) no convierte en poeta a su autor. El título de poeta o narrador viene de fuera, no de la autodesignación.
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