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Sangre de Yugular

Del aquí me quedo al...sos un caso perdido (Editorial del primer numero del Fanzine)

Al grito de “Toda cantina es territorio liberado” nos sentamos, somos y hacemos, pero sobre todo tomamos: Cerveza, la vida, dios o el diablo, la eternidad o lo efímero. Es en la cantina donde uno puede tomar con sus autores favoritos: mandar al poeta por cigarros, al pintor por unas papitas, ir por los cerillos que quiere ese periodista compadrísimo (Paco Luna dixit). Todo sucede, suceden vidas, poesía, estrellas a punto de explotar... también todo cabe: los pantanos que arrastran tus zapatos, los reveses de tu cabeza, tu exmujer que ahora se convirtió al musulmán y se casó con un caballo; lo último que te ofreció la libertad (pero decidiste cambiarlo por un buen trago). Evocación de Khayam gozo de Bukowsky, placer de Ismael Mercado. Es seguro que las cantinas son templos de la facultad que quieras, pero eso sí, es de los lugares inherentemente más democráticos que pudiesen existir, todos cabemos y la cerveza es el eje dialéctico y progresista de esa cantinocracia anímica. Entonces la poesía jamás se verá ajena al ejercicio de vida del bar o viceversa (o vicerveza) y hay muchos que tiraron las primeras letras para comprobarlo (a algunos se les fue la vida). Y bien, vaya éste chorro de la sangre de Yugular como tributo a todos esos “locos viejos” que encontraron su inspiración bañando a sus musas con cerveza y vida.

Salud!!!

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